EL TORO: UN CRÓNICA HÚMEDA Y GÉLIDA

El Toro, Castelló.

1.03.09

El pasado sábado 28 nos juntamos 14 personas para descubrir este rincón castellonense, El Toro. Salimos con un poco de retraso por un pequeño golpe en uno de los coches pero a las 8,15h nos juntábamos todos en Barracas y tras un rápido café empezamos el recorrido.

Nada más salir de Barracas tomamos un carretera local paralela a las vías del ferrocarril, apenas teníamos entre 0 y 1ºC y el cielo gris plomizo amenazaba lluvia. Pasados los corrales habituales en las afueras el paisaje se abrió en un llano de eriales y alguna tabla de cereal desnuda ya que la temperatura no habrá permitido la siembra. Algunos campos se habían reconvertido en vallados que encerraban encinas microrrizadas de trufa uno de los pocos cultivos que todavía es rentable.

En la primera parada ya nos sorprendió una ligera lluvia que por momentos se convertía en una fina nevada. De esta guisa sólo pudimos observar los cantos de los trigueros (Emberiza calandra) que pronto empezarán sus puestas, de algún bando de pardillos (Carduelis cannabina) y la percha típica de dos tarabillas comunes (Saxicola torquatus).

La siguiente parada de nuestra caravana fue para adivinar en las ramas de un grupo de chopos un grupo de gorriones chillones (Petronia petronia). En los campos rebuscando algo que llevarse al pico para entrar en calor abundaban las cornejas negras (Corvus corone) y en un bando compacto “pastaban” 35 chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) que se levantaron al ver tanto coche sacar trípode y catalejos.

Al llegar al cruce de la carretera de El Toro a Bejís cambió el paisaje ya que al abrigo de unas lomas crecía un buen bosque de pinos y carrascas. Aquí varias paradas nos permitieron observar pito real (Picus sharpei), palomas torcaces (Columba palumbus), mirlos (Turdus merula), perdices (Alectoris rufa) y petirrojos (Erithacus rubecula).

Acercándonos a El Toro el paisaje se volvió a abrir y entre la vegetación de ribera de un arroyo pudimos observar zorzal charlo (Turdus viscivorus), verderón común (Carduelis chloris), estornino negro (Sturnus unicolor), agateador común (Certhia brachydactyla), pico picapinos (Dendrocopos major) y ruiseñor bastardo (Cettia cetti).

Una vez atravesada la población de El Toro en las afueras pudimos ver un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) y un alcaudón meridional (Lanius meridionalis). La carretera al collado de La Salada se empezó a empinar y a cerrar la vegetación muy castigada por la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa). En un claro de un corral pudimos ver a placer escribanos montesinos (Emberiza cia) y soteños (Emberiza cirlus) con unos preciosos plumajes nupciales en los machos.

Sabina albar (Juniperus thurifera)

Ascendíamos por un estrecho vallejo en el que morían los cortados de la Solana Cabrera muy prometedores pero la lluvia arreciaba. Una parada en un pinar adulto nos permitió adivinar más que ver a los páridos habituales. Continuamos hasta el Mas de la Almarja y entre sus sabinas se levantaron desde lejos túrdidos que no permitieron que los enfocáramos para poder identificarlos. La niebla empezaba a cerrarse y tuvimos el tiempo justo de observar como se levantaban de los cercanos cantiles 4 buitres leonados (Gyps fulvus).

El personal a resguardo de la lluvia en el cuartel abandonado.

Al empeorar el tiempo decidimos subir al cuartel abandonado que corona el collado de Los Perros a 1.587m. Un paseo bajo sus abandonadas antenas e instalaciones nos permitió observar un cuervo (Corvus corax), herrerillos capuchinos (Lophophanes cristatus), carboneros garrapinos (Periparus ater), mitos (Aegithalos caudatus) y pinzones (Fringilla coelebs) entre los pinos que rodean las trincheras de la guerra civil que todavía se pueden ver en estas instalaciones abandonadas.

Con algo de adelanto sobre el horario previsto bajamos a El Toro y algunos pudimos observar un momento un zorzal alirrojo (Turdus iliacus), la mayoría habíamos reservado mesa en el restaurante Suizo. Y acertamos de pleno, celebraba unas jornadas gastronómicas y pudimos quitarnos el frío con cecina y queso de entrante, una caldereta trufada de primero, y de segundo unas bandejas con carrillada, manitas de cerdo y lomo, un te de hierbas con canela y miel y unas tartas variadas entre una animada charla ornitológica nos hicieron olvidarnos de todas las especies que queríamos ver y el tiempo no permitió. Volveremos y repetiremos en El Suizo.

Gracias a Manolo García por sus inmejorables indicaciones que nos permitieron conocer este magnifico rincón del poniente castellonense y a Alfredo Corral por recomendarnos el restaurante.

Mensaje de Rafa Muñoz el FORO SVO Aves.
Fotos de Rafa Muñoz, FONS FOTOGRÀFIC SVO.